HERMANO LOBO
Manuel Mejía Vallejo
Una buena acción es aquella que en sí tiene bondad
y que exige fuerza para realizarla.
-Montesquieu
Un día el lobo se dio cuenta de que los hombres lo
creían malo.
—Es horrible lo que piensan y escriben —exclamó.
—No todos —dijo un ermitaño desde la entrada de su
cueva, y repitió las parábolas que inspiró san Francisco. El lobo estuvo triste
un momento, quiso comprender.
—¿Dónde está ese santo?
—En el cielo.
—¿En el cielo hay lobos?
El ermitaño no pudo contestar.
—¿Y tú qué haces? —preguntó el lobo intrigado por
la figura escuálida, los ojos ardidos, los andrajos del ermitaño en su duro
aislamiento. El ermitaño explicó todo lo que el lobo deseaba.
—Y cuando mueras, ¿irás al cielo? —preguntó el lobo
conmovido, alegre de ir entendiendo el bien y el mal.
—Hago por merecer el cielo —dijo apaciblemente el
ermitaño.
—Si fueras mártir, ¿irías al cielo?
—En el cielo están todos los mártires.
El lobo se le quedó mirando, húmedos los ojos, casi
humanos. Recordó entonces sus mandíbulas, sus garras, sus colmillos poderosos,
y de unos saltos devoró al ermitaño. Al terminar, se tendió en la entrada de la
cueva, miró al cielo limpiamente y se sintió bueno por primera vez.
FIN
Manuel Mejía Vallejo (Jericó, Antioquia 1923- El Retiro 1998) fue un escritor y periodista colombiano, ganador de los premios Rómulo Gallegos y Nadal. Aunque se conoce por representar la vertiente andina de la narrativa colombiana contemporánea, a partir de su extensa obra puede estudiarse la historia de Colombia y gran parte de Latinoamérica.
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