Taller de Creación Literaria de la Editorial Libros para Pensar

Taller Crea-Acción Literaria (haga clic para más información)

Taller Crea-Acción Literaria de la Editorial Libros para Pensar

viernes, 29 de abril de 2022

¿Qué es un taller de creación literaria?

Un taller de creación literaria es un espacio que permite a sus miembros adquirir y fortalecer competencias y habilidades de narración con la finalidad de generar diferentes tipos de textos, a traves de la reflexión personal y la interacción con otros participantes.

 ¿Qué diferencia hay entre una tertulia y un taller literario?

La tertulia literaria y el taller de literatura parten del amor por las letras. En ambos se leen textos, se analizan y se discuten, pero a diferencia de la tertulia, el taller necesariamente implica el perfeccionamiento del texto con el objetivo de lograr un producto de calidad, de ahí que se le denomine “Taller”. En la tertulia, no necesariamente se trabaja sobre el texto buscando su mejoramiento.  

¿Todos los talleres literarios son iguales?

No. Cada taller literario tiene una dinámica individual. La forma como transcurre un taller literario depende fundamentalmente de tres cosas:

·         El enfoque.

·         El director

·         Los participantes.

El enfoque es el que determina la línea del taller. Existen talleres de creación literaria que pretenden fortalecer las competencias para la creación y generación de ideas para un texto. Básicamente trabajan en función de la imaginación de los participantes y la forma como ellos desarrollan sus textos. Tambien existen talleres de redacción: allí la originalidad del texto está en un segundo plano, porque el enfoque está centrado en la gramática y sintaxis, y en técnicas de redacción. Los hay, también, de edición: En estos talleres se pretende lograr la adquisición de herramientas para la corrección de textos, pulir el producto hasta dejarlo listo.  

Casi todos los talleres toman de todos los enfoques, algunos en mayor proporción que otros. El enfoque prácticamente lo determina el director del taller. Igualmente, la dinámica de grupo hace que si todos tienen mucha imaginación y originalidad, posiblemente se logre mayores resultados trabajando sobre la gramática y sintaxis o sobre la corrección de textos. Pero si los participantes tienen pocas iniciativas, es muy probable que el director le dé un enfoque más lúdico y de imaginación.

Metodología: 

A diferencia de un curso, donde se sigue un derrotero único para todos, un taller permite que cada miembro avance a su propio ritmo. Cada participante trabaja en la medida de sus conocimientos y habilidades bajo la guía de un director (o coordinador) y con la ayuda de los demás participantes. La metodología puede variar en cada sesión dependiendo de la interacción que haya entre todos.

¿Cuál es la duración de un taller?

Eso depende de sus organizadores. Algunos talleres son de tiempo limitado, con una fecha de inicio y de terminación específica. Otros son abiertos y permiten que sus participantes vayan avanzando indefinidamente y por el tiempo que deseen.

El Taller Crea-Acción Literaria es una propuesta de la Editorial Libros para Pensar como un apoyo a los cientos de escritores que llegan a la editorial buscando quién les publique sus ideas. Pretende ayudar a mejorar y perfeccionar las habilidades comunicativas de estos escritores, y del público en general. 

Objetivo del Taller de Crea-Acción Literaria:

Propiciar un espacio donde los participantes puedan generar distintos tipos de textos literarios, a través de ejercicios de lecto escritura, contando con la participación de otros escritores y asistentes, en medio de un ambiente respetuoso de análisis y reflexión académica sobre la creación literaria.


Metodología.

Se harán reuniones presenciales y eventualmente virtuales. 

Se comienza con la lectura de un texto corto, relacionado con la teoría literaria. Se discute entre los participantes.

Se continúa con una figura literaria, se ponen ejemplos.

Se pasa luego a establecer un orden de lectura de los textos que tengan los participantes.

Cada escritor leerá su texto sin ser interrumpido y al final de su lectura se analizará, se discutirá y se darán recomendaciones.

Al final de cada sesión se propone un tema para la siguiente sesión (temas que estimulen la creatividad). Cada participante tendrá la libertad de hacer el ejercicio o proponer otro texto.  

Normas para los participantes.

  • Todos somos lectores. Todos somos aprendices.
  • En toda interacción debe mantenerse el respeto por los demás.
  • Se puede presentar cualquier texto (novela, cuento, ensayo, crónica, poesía, etc.)
  • Se sugiere que los textos a leer sean de no más de 4-5 páginas con el fin de permitir mayor participación de los compañeros.
  • No tomarse ninguna crítica u observación a título personal. Recordar que se trata de opiniones de lectores que pueden o no entender un texto, o pueden estar o no de acuerdo con los planteamientos. Toda recomendación debe estar formulada en términos respetuosos y orientados a la mejora del texto.
  • No es obligatorio traer las tareas propuestas o tener texto para leer. Cada uno avanza a su propio ritmo.
  • Los ejercicios propuestos son para estimular la creatividad y la imaginación. No son obligatorios, pero ayudan cuando no se tiene en mente un tema específico para un texto.
  • Cada escritor es libre de aceptar cualquier sugerencia en la corrección de su texto, o de rechazarla. Sin embargo, se propone escuchar cada observación atentamente, sin rechazarla de plano.

En cada sesión se firmará un registro de asistencia para control interno.

 

Requisitos para la participación

  • Manifestar el interés y compromiso de hacer parte del proyecto.
  • Querer compartir espacio de forma incluyente y respetuosa.
  • Diligenciar datos en el formulario Google:  https://forms.gle/FTEofEYb7C6WhpT27.
  • Estar al día en los compromisos con la editorial

Otros beneficios:

  • Prioridad para publicación en la Editorial libros para pensar.
  • Publicación de las obras en el blog del taller.
  • Participación en una antología anual con los mejores textos del taller.
  • Cada trimestre habrá una sesión en que se invitará a un escritor para que conversen con los participantes.
  • Préstamo de libros en la biblioteca de la editorial.

Bibliografía sugerida:

  • 20 escritores colombianos nos revelan sus secretos de creación. Emilio Restrepo. Libros para Pensar 2020
  • Escritores en su tinta. Fernando Vasquez. Ed Kimpres. 2008
  • El taller de Creación literaria. Luis Fernando Macías. panamericana. 2016. 
  • Saber escribir. Jesus Sanchez Lobato- Angel Cervera -Guillermo Hernandez. Instituto Cervantes. Ed Aguilar. 2007.
  • El juego como método para la enseñanza de la literatura. Luis Fernando Macías. Ed Ideas y palabras. 2008 
  • Logoi - Una gramática del lenguaje literario. Fernando Vallejo. Fondo de cultura económica. 2011 
  • Teoría y Técnica del Cuento. Enrique Anderson Imbert. ED Ariel 2007
  • Métodos de crítica Literaria. Enrique Anderson Imbert. Ediciones de la revista de occidente. 1969
  • Español Correcto para Dummies. Fernando Avila. Ed Norma. 2012
  • Curso De Escritura Creativa. Arenas Martin Abril Paula. Edimat libros. 2006
  • Así se escribe un cuento. Mempo Giardinelli. Capital Intelectual. 2012.
  • Manual Práctico para la Corrección de Estilo. Balakrishnan Manjula. Editorial Verbum. 2015
  • Gramática y estilística. Lucía González de Chavez.
  • Guía para directores de talleres de escritura creativa en cárceles. Red de Escritura Relata 2019
  • Manual De Redacción. Ramirez Capello Enrique. UNIACC 2018
  • Mientras escribo. Stephen King. Plaza & Janez. 2004
  • Zen en el arte de escribir. Ray Bradbury. Ediciones Minotauro 1995.

miércoles, 27 de abril de 2022

20 escritores colombianos nos revelan sus secretos de creación

 Hay quienes coleccionan estampillas, otros coleccionan monedas; los hay que coleccionan postales y otros que atesoran recuerdos. Incluso hay personas que coleccionan problemas y los buscan desesperadamente, negándose a deshacerse de ellos, y rememorándolos como si los disfrutaran. 

Hay todo tipo de coleccionistas y casi podríamos asegurar que todas las personas coleccionan algo. 

Hay colecciones verdaderamente impresionantes. Una de ellas es la del doctor Emilio Alberto Restrepo Baena.  Emilio acumula consejos literarios. 

La gran ventaja de la colección de Emilio es que es pública y que beneficia a muchos. Desde hace varios años tiene un blog en Internet sobre consejos para quienes gustamos del arte de escribir.  Su blog, llamado Decálogos Literarios es una verdadera joya. 

El doctor Emilio Alberto Restrepo Baena es un reconocido médico y cirujano de Medellín, especialista en gineco-obstetricia y subespecialista en cirugía laparoscópica. Es conferencista y referente académico en el ámbito de la salud y de las letras. Emilio ha ganado muchos concursos literarios. Ha publicado una veintena de libros dentro de los que se destacan "El pabellón de la mandrágora", "Gamberros S.A" , "Los círculos "perpetuos", "Después de Isabel el infierno", "Y nos robaron la clínica", entre otros.  Su ultimo libro "Medicina bajo sospecha" habla de las cosas secretas que se mueven la medicina.  También nos ha deleitado con una saga cuyo protagonista es  Joaquín Tornado, un detective oscuro que se mueve en el mundo de la novela policial negra. 

El libro, que presentamos ahora, lleva por título "20 escritores colombianos nos revelan sus secretos de creación."



Para mí ha sido un verdadero honor estar al lado de escritores tan prestigiosos. Agradezco a Emilio su deferencia. 

A continuación les comparto el listado de los autores que "revelan" sus consejos (en orden alfabético). 

Alberto Salcedo Ramos
Andrés Burgos
Andrés Hoyos Restrepo
Betuel Bonilla Rojas
Carlos Alberto Velásquez Córdoba
David Betancourt
Emilio Alberto Restrepo
Fernando Quiroz
Gabriel García Márquez
Héctor Abad Faciolince
Jaime Jaramillo Escobar
Jorge Franco
Juan Gabriel Vásquez
Julio César Londoño
Manuel Mejía Vallejo
Mario Escobar Velásquez
Memo Ánjel (José Guillermo Ánjel Rendo)
Orlando Ramírez Casas (Orcasas)
Óscar Domínguez Giraldo
Roberto Burgos Cantor


Agradezco también a Edver Delgado y a la editorial Libros para Pensar, el haber hecho posible esta obra, que es de lectura obligada para aquellos que quieren escribir.  

Quien esté interesado en el libro, puede solicitarlo en la pagina  web www.librosparapensar.com  o al correo electrónico  edicion@librosparapensar.com 


-------------------------------------

miércoles, 20 de abril de 2022

Historias secretas de un ginecólogo. Novela de Federico Zapata

 ¿Qué clase ginecólogo se atrevería a contar historias secretas en un libro?

Ese fue el primer pensamiento que pasó por mi cabeza cuando leí el título de la novela del doctor Federico Zapata Pérez. 

Pero una vez empezado el texto, comprendí que su autor en ningún momento viola la ética de su profesion, ni rompe el secreto profesional; simplemente cuenta las historias más extrañas que le pueden pasar a un ginecólogo. ¿y cómo lo sé?  Porque en más de treinta años de ejercicio profesional, he vivido historias similares, tan extrañas, que cuando yo las cuento, tampoco me creen. 

https://librosparapensar.com/libreria/historias-secretas-de-un-ginecologo/#:~:text=Cientos%20de%20a%C3%B1os%20despu%C3%A9s%20de,sus%20manos%20es%20TOP%20SECRET.

La novela Historias Secretas de un ginecólogo narra situaciones extrañas e hilarantes con humor y desparpajo, y algo muy importante, las cuenta con profundo respeto y admiración por los pacientes, algo que nunca debe faltar en un médico en ejercicio de su profesion. 

Para que se antojen, voy a narrarles algo del primer capítulo en forma muy resumida...

Un ginecólogo sale cansado de su turno a altas horas de la noche. Toma un taxi y descubre que el conductor lo mira insistentemente. Conversan. Y en su charla el chofer le cuenta que lo ha reconocido. Lo recuerda muy bien porque atendió el embarazo de su esposa hace varios años...  

El ginecólogo le pregunta por el hijo, y el conductor le responde que murió en el parto...  Nuestro protagonista comienza a pensar en todo tipo de desenlaces cuando el taxista detiene su carro a la orilla del camino en una zona apartada... el ginecólogo suda y se returce.  Siente que no puede respirar mientras el taxista parece buscar algo... 

Cualquier cosa puede pasar...  

...y pasa la cosa más extraordinaria que puedan imaginar.


Ese primer capítulo es uno de los inicios más facinantes que he leido en cualquier novela. Para descubir cómo el ginecólogo sale de esa situación deberán conseguir el libro. Les aseguro que lo disfrutarán. Reirán y sufrirán con esas historias secretas de un ginecologo. 

Otra cosa que vale la pena resaltar: Su autor destina un porcentaje de las ventas para ayudar a una institucion que cuida niños. Mayor razón para contribuir con la causa, y disfrutar de una buena lectura. 

_____________________

 
Federico Zapata Pérez es ginecologo obstetra, especialista en cirugia laparoscopica ginecológica. 

Es un apasionado de la literatura y de contar historias. El autor fue el primer egresado de la Escuela de Escritores de la Editorial Libros para Pensar. 

Historias Secretas de un ginecólogo es su primera novela. 


Fuente:  El blog de los lagartijos




miércoles, 13 de abril de 2022

Obsolescencia Programada. Carlos Alberto Velasquez Cordoba

Esta semana les traemos un cuento de Carlos Alberto Velásquez Córdoba, de su libro "COLA DE CERDO, EL SUICIDA FALLIDO. 


Esperamos lo disfruten: 

________


OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Carlos Alberto Velásquez Córdoba


Cuando mi profesor de medicina interna decía que debíamos creerle a los enfermos, yo me convencí de que tenía toda la razón. Incluso cuando el doctor González, mi profesor de psiquiatría nos presentaba sus pacientes, siempre tuve la certeza de que a pesar de que por muy disparatada que fuera la idea delirante de alguno, siempre había algo de cierto en ella.

Eso fue lo primero que pensé cuando a mi consulta llegó por primera vez don Guillermo, un hombre de unos cincuenta y cuatro años, que solicitaba mis servicios por un motivo que jamás yo había escuchado.

—Doctor, vengo a que me oriente. Desde hace tres meses vengo sintiendo cosas muy extrañas. A veces veo y en otras escucho un mensaje en mi cabeza que dice: “Su cerebro está llegando a la capacidad máxima de almacenamiento. Por favor póngase en contacto con el servicio técnico para hacerle mantenimiento”.

Mi primera reacción fue mirar si el hombre tenía algún tipo de cámara escondida en el botón de su camisa. Era la consulta más disparatada que yo hubiera escuchado en treinta años de ejercicio.

Por supuesto, mi ética profesional me impidió soltar una carcajada. Con el tacto que había aprendido de mis maestros, comencé mi anamnesis con las consabidas preguntas: cuándo le empezó la condición, cómo le empezó, a qué lo atribuye, etc.

Fue así como pude enterarme de que el paciente era un hombre con una vida relativamente normal. Hasta el momento no había sufrido de ninguna patología relevante.

Era antropólogo, y se desempeñaba como profesor en el área de humanidades, en una prestigiosa universidad. Tenía un matrimonio convencional, y nada de su vida podía catalogarse como fuera de lo común.

Me contó que hacía cerca de tres o cuatro meses había tenido una especie de ceguera temporal mientras leía el diario. Todo se le puso negro por unas centésimas de segundo y mejoró al parpadear. El siguiente evento ocurrió unos días después, mientras leía un libro. Esta vez la duración de la oscuridad fue mayor y vio —como si se encontrara en una sala de cine— una advertencia que decía que su cerebro estaba llegando a la capacidad crítica de almacenamiento y que debía comunicarse con el servicio técnico para programar el mantenimiento.

—Era un letrero escrito en letras verdes sobre un fondo negro. Estaba rodeado por un marco del mismo color —agregó.

Por supuesto don Guillermo pensó inicialmente que se había tratado de un microsueño, que no dejaba de ser extraño, pero no prestó atención hasta que la advertencia volvió a aparecer a los pocos días, mientras calificaba unos exámenes.

El hombre consultó a un oftalmólogo, quien le recetó unos lentes ya que, había descubierto una leve deficiencia visual, pero no encontró nada que explicara la imagen observada. Le recomendó que consultara a un psiquiatra, cita que ya había pedido el paciente desde el mismo día del evento.

El psiquiatra tampoco encontró ninguna alteración de percepción que pudiera enmarcarse en una psicopatología. Su diagnóstico fue agotamiento, y le dio una incapacidad por una semana que el paciente aceptó a regañadientes.

Cuando reanudó su actividad académica no sólo volvieron a aparecer los letreros, sino que también escuchaba en su cabeza una sensual voz femenina, con acento español, que sobre una música de fondo le recordaba que su cerebro se acercaba a un nivel crítico de almacenamiento y debía ponerse en contacto con el servicio técnico para adelantar labores de mantenimiento.

Consultó varios psiquiatras, fonoaudiólogos, oftalmólogos, sin que ninguno pudiera encontrar la causa de sus visiones y alucinaciones auditivas. Las advertencias se hicieron más frecuentes.

—¿Y por qué cree usted que yo puedo ayudarlo?

—Doctor, usted es uno de los mejores neurólogos del país, y me dijeron que tal vez, podría tratarse de un problema neurológico.

El paciente sacó de su maletín una carpeta con todo tipo de estudios: Tomografías, resonancias magnéticas cerebrales, electroencefalogramas, pruebas de sangre y de orina: todo absolutamente normal.

El examen físico no arrojó ninguna información adicional con excepción de un retardo en los reflejos osteomusculares, posiblemente debidos a la fuerte medicación antipsicótica que había prescrito el último psiquiatra.

Tuve que ser honesto y confesar que yo tampoco encontraba la causa para sus alucinaciones y sugerí que todo apuntaba a un trastorno psiquiátrico.

—Usted está siendo víctima de alucinaciones visuales y auditivas. Aunque dichas manifestaciones pueden verse en algunos tipos de tumores, las tomografías y resonancias no muestran ninguna masa mayor a tres milímetros que pueda ser detectada. Es probable que se trate de un trastorno psiquiátrico por lo que lo más prudente es continuar la medicación que le ordenó el psiquiatra y seguir buscando otras posibles causas. Le di una orden para que se hiciera otros estudios y le programé con mi secretaria, una revisión en ocho días.


Esa noche, en mi casa relaté el caso tan extraño que me había llegado, por supuesto sin violar la confidencialidad de mi paciente.

—Pá, ¿no será un caso de obsolescencia programada?

—¿Un qué?

—Un caso de obsolescencia programada —respondió mi hijo que ya se sentía un ingeniero, a pesar de que apenas iba en la mitad de la carrera.

—¿Y eso qué es?

—Eh, Ave María, Pá. ¿No sabe? —dijo con aire de suficiencia— Eso es lo que hacen las empresas para que las cosas se dañen a propósito y poder fidelizar sus clientes.

—Sigo sin entender…

—Muy sencillo. ¿Recuerda la impresora que dejó de funcionar y sacó un aviso para que la lleváramos a mantenimiento? La mayoría de las veces no se necesita. Pero ellos ponen un chip para que luego de 5.000 impresiones deje de funcionar y uno tenga que llevarla. Lo mismo que pasa con los celulares de ahora: están hechos para que cada dos años uno los tenga que cambiar, porque no le caben las aplicaciones.

—Eso es porque las cosas de ahora están mal hechas…

—No, Pá, las hacen muy bien, pero las programan para que se dañen más rápido… En la universidad nos contaron que uno de los primeros bombillos que hizo Thomas Alva Edison lleva más de cien años encendido sin fundirse¹. ¿Se imagina una empresa que haga bombillos y ninguno se queme? ¿O un pantalón que no se rompa ni se decolore? Hay que hacer cosas que se dañen rápido para que haya trabajo para todos.

—Eso está muy mal. En mi época las cosas no se dañaban. Mi mamá todavía tiene una nevera General Electric que compró cuando se casó.

—Pero es que ya no estamos en tu época. Es la época de nosotros —afirmó en plan de sorna.

—¿Cómo dijiste que se llamaba?

—Obsolescencia programada.

—Voy a tener que leer sobre eso. Nunca lo había oído mencionar. Aprendí una cosa nueva, gracias.

—¿Para qué estudiamos ingeniería? —respondió con picardía mientras terminaba la cena.

A la semana siguiente mi paciente no llegó a la revisión. Pedí a la secretaria que lo llamara, y se disculpó porque había olvidado la cita. Le abrimos espacio para el día siguiente.

—Doctor, la situación se ha vuelto peor. Cada vez es más frecuente el aviso, con el agravante de que se me están olvidando las cosas y en ocasiones, es como si me quedara en standby. Haga de cuenta que uno fuera un computador y el cerebro se “reseteara”. A veces mis estudiantes me tienen que hablar fuerte, porque dando la clase me quedo bloqueado.

Fui honesto con él. Su caso excedía mis conocimientos. Le prometí que trataría el tema en un staff, aunque le recomendé continuar el manejo por psiquiatría. Mientras tanto comencé a enfocarme en una posible isquemia cerebral transitoria, aunque eso no explicaba las alucinaciones.

Cuando comenté el caso con el grupo de colegas del hospital, se rieron pensando que lo de los avisos era una broma mía. Por más de que les aseguré que hablaba en serio, no me tomaron en cuenta. Uno de ellos, incluso, preguntó si también había películas y a qué horas se presentaban. Finalmente, ante mi insistencia, accedieron a que a la próxima reunión yo llevara al paciente.

Un día cercano a esa fecha, mi secretaria me recibió con una mala noticia. La familia de don Guillermo había llamado. Tuvieron que llevarlo de urgencias a un centro hospitalario. En la mañana no se había levantado y cuando fueron a ver lo que le ocurría, el hombre no podía hablar.

Pedí los datos y me dirigí al Instituto Neurológico. Me identifiqué como su neurólogo y descubrí que visitaba a otros tres. Uno de ellos, el doctor Eusebio Ramírez, antiguo condiscípulo, también había ido a visitarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos. Luego de saludarnos efusivamente, después de no vernos por varios años, hablamos con el médico a cargo, que nos contó que el paciente había tenido un infarto cerebral masivo y que su pronóstico era reservado. Aún se desconocía la causa.

La reacción de mi colega fue imprevista. Se puso pálido y tuvimos que acercarle una silla para que no se cayera. Nunca había visto un grado tal de empatía con un paciente.

Unos minutos más tarde, cuando el doctor Ramírez se repuso, nos sentamos en la cafetería a hablar de nuestro paciente y comparar impresiones.

—Es el caso más extraño que he tenido —dije—. Inicialmente pensé que se trataba de un cuadro psiquiátrico, pero luego me incliné por una epilepsia del lóbulo temporal. Eso explicaría las alucinaciones visuales y auditivas. Después pensé que se trataba de un problema isquémico, pero todas las pruebas habían salido normales.

—¿Y qué te hace pensar que las advertencias fueron alucinaciones?

—¿Y qué otra cosa puede ser? ¿Acaso crees que el aviso era real?

Entonces el doctor Ramírez puso su mano sobre mi antebrazo y se inclinó hacia mí.

—¿Puedo pedirte un favor muy especial?

—Claro, Eusebio. Dime qué necesitas.

—Estoy asustado. Necesito averiguar en dónde o quienes prestan el Servicio Técnico. Ayer recibí el primer aviso. 




_____________________


Cola de cerdo, el suicida fallido


ISBN 978-958-49-1505-4

Autor: Velasquez Cordoba, Carlos Alberto
Editorial: Libros para Pensar
Prólogo a cargo de Luis Fernando Macías
Materia: Narración de cuentos
Publicado: 2021-02-07
Número de edición: 1
Número de páginas: 152
Tamaño: 14x21cm.
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Soporte: Impreso
Idioma: Español

Pedidos: calveco@une.net.co 
WhatsApp: 305 3997940
También puede ser adquirido directamente en la Editorial Libros para pensar o en las librerías Grammata,  Resplandor (Centro Comercial Unicentro) y en Librópolis (Centro Comercial Orquídea Plaza), en el Instituto Tecnológico de Artes Eladio Velez (Itagüí).  

____________________

Fuente:  El blog de los lagartijos

miércoles, 6 de abril de 2022

La pluma estilográfica. Carlos Alberto Velasquez C

 LA PLUMA ESTILOGRÁFICA


Desde mucho antes de que el húngaro, nacionalizado en Argentina, Ladislao Biro inventara en 1938 el primer bolígrafo, la gente de clase solía escribir con plumas.

Las aves habían sido por muchos siglos una fuente inagotable de instrumentos para la escritura. Bastaba de una buena pluma, el filo de una navaja para darle punta, un recipiente con tinta, y una mano prolija unida a un buen cerebro para que un texto pudiera salir a la luz.

Pero entre el bolígrafo actual, como lo conocemos, y la pluma de ave, hubo un invento que trasformó la escritura. En 1827 un inventor rumano tuvo la magnífica idea de crear una pluma metálica unida a un pequeño recipiente que podía contener tinta. Lo llamó pluma estilográfica o pluma fuente.

Los invito a escuchar este extraordinario cuento que fue publicado en el "COLA DE CERDO, EL SUICIDA FALLIDO"


Agradecimientos al doctor Emilio Alberto Restrepo y al canal regional Teledonmatías quienes hicieron posible este video.  

Si les ha gustado, denle "like" y compártanlo con sus amigos.

_____________________


Cola de cerdo, el suicida fallido


ISBN 978-958-49-1505-4

Autor: Velasquez Cordoba, Carlos Alberto
Editorial: Libros para Pensar
Prólogo a cargo de Luis Fernando Macías
Materia: Narración de cuentos
Publicado: 2021-02-07
Número de edición: 1
Número de páginas: 152
Tamaño: 14x21cm.
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Soporte: Impreso
Idioma: Español



Pedidos: calveco@une.net.co 
WhatsApp: 305 3997940
También puede ser adquirido directamente en la Editorial Libros para pensar o en las librerías Grammata,  Resplandor (Centro Comercial Unicentro) y en Librópolis (Centro Comercial Orquídea Plaza), en el Instituto Tecnológico de Artes Eladio Velez (Itagüí).