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miércoles, 15 de marzo de 2023

Epígrafes en literatura

En varias ocasiones me han preguntado sobre el uso de los epígrafes, y hoy quiero abordar el tema. 

Tengo unos pocos amigos que los utilizan en casi todo lo que escriben. Por el contrario, yo los utilizo muy pocas veces. 

Comencemos primero definiendo lo que es un epígrafe:  

Un epígrafe es una cita breve (generalmente ajena, pero también puede ser propia) que se pone al inicio de un cuento o una novela (incluso, de un capítulo) y que pretende generar en el lector un ambiente propicio para lo que sigue a continuación.  

Un epígrafe puede ser una frase o un verso que 

  • Sirvió de inspiración a la obra.
  • Ofrece claves para que el lector comprenda lo que sigue.
  • Sirve de introducción al texto siguiente.
  • Prepara al lector en un ambiente específico relacionado con la narración que continúa. 
  • Pretende que el lector asocie con otra obra u otro autor. 
Pero hay que tener cuidado con los epígrafes. En el siglo XIX y comienzos del XX, se usaron con mucha frecuencia, y servían para mostrar que el autor del texto era un gran lector y un conocedor de otras obras de la literatura. En el siglo XXI, con el advenimiento del internet, cualquiera puede encontrar con facilidad una cita, y ponerla de epígrafe creyendo que, con ello, da muestras de su erudición. Sin embargo, cuando se interroga al autor sobre el origen de ésta, o cuando se lee el texto, se evidencia que simplemente la copió de cualquier lugar, y en muchas ocasiones, está fuera de contexto. Con cierta frecuencia los epígrafes no guardan relación con el texto siguiente y, más que ayudar, generan sospechas en el lector de si lo que pretendía el autor era dar una falsa imagen de intelectualidad.  

Afortunadamente, muchos epígrafes están muy bien citados, embellecen el texto y lo mejoran. 

El epígrafe suele ponerse debajo del título, antes de la primera oración. Se acostumbra a colocarlo a la derecha, generalmente en letra más pequeña, y con frecuencia, en cursiva. De esta forma queda claro que es un inserto y no hace parte de la obra. 

Mi consejo a quienes lo deseen usar es que valoren muy bien el efecto que tendrá en el lector. Si el epígrafe mejora o aclara el texto, bienvenido. Si es simplemente para pretender ser un intelectual, mi consejo es que se abstengan de usarlo. 

En cualquiera de los casos, usar epígrafe o no, es una decision del autor y solo el lector podrá juzgarlo. 

A continuación, dejo ejemplos de epígrafes con los que comienzan tres cuentos:  En el primer ejemplo Cortázar aporta información útil para comprender su cuento. En el segundo, Villiers cita a un príncipe para anticipar el tema del suyo. En el tercero,  一un cuento de mi autoría, utilizo un fragmento en latín del dies irae (El día de la ira), de la misa de los difuntos requiem , que describe el temor de los pecadores cuando Dios baja juzgar a vivos y muertos. El cuento trata de un hombre que planeó el asesinato de su primo y quedarse con su fortuna. 

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LA NOCHE BOCA ARRIBA

por Julio Cortázar

Y salían en ciertas épocas a cazar enemigos;
le llamaban la guerra florida.

A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba.

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ANTONIA

por Villiers de L’Isle Adam

Íbamos a menudo a casa de la Duthé: allí hablábamos
de moral y otras veces hacíamos cosas peores.
-El príncipe de Ligne

Antonia vertió agua helada en un vaso y puso en él su ramo de violetas de Parma:
-¡Adiós a las botellas de vino de España! -dijo.
E, inclinándose hacia un candelabro, encendió, sonriendo, un papelito liado con una pizca de phëresli; este movimiento hizo brillar sus cabellos, negros como el carbón.
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LA HERENCIA

por Carlos Alberto Velásquez Córdoba
(del libro FUGA DE IDEAS)

Quantus tremor est futurus,
Quando Judex est venturus,
Cuncta stricte discurssurus¹.

Disculpe, señor, no fue mi intención asustarlo. Solo pretendía sentarme a descansar un rato. ¿Sabe? En esta época del año hace aquí en España un frío terrible y los músculos se paralizan hasta rebelarse e impedir que mis huesos se muevan.  

¿Cómo dice? Sí, tiene usted razón: no soy de aquí. Es usted muy observador....

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  1.               ¡Grande será el temor 
cuando aparezca el justo Juez 
a pedir cuentas de lo que hemos hecho!

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