AL ESCRIBIR
“Lo que sale de
nuestro cerebro
es producto de lo que
hemos metido en él”
La escritura, sea literaria o técnica, requiere de tiempo, rigor, disciplina,
orden, precisión y seriedad. Ante ella, vale adaptar la frase de la abuela
"piense antes de hablar", por la máxima "lea mucho, piense y
planifique antes de redactar".
"Escribir correctamente es una disciplina que
requiere conocimientos previos, voluntad de trabajo, espontaneidad y, sobre
todo, honradez intelectual. Estas cualidades, sabiamente unidas a la sencillez;
realzan el pensamiento y establecen nexos entre los seres humanos" (Ortega
y Gasset).
Como nadie da de lo que no tiene, debes leer mucho antes de escribir. La experiencia nos ha enseñado que un mal lector casi siempre entrega malos textos, y un buen lector al cambiar de rol logra textos de calidad; sin duda lo que sale de nuestra boca es producto de lo que hemos ingerido por ella, o mejor… lo que sale de nuestro cerebro es producto de lo que hemos metido en él.
Para avanzar en la importante tarea de escribir recomiendo esto:
Primero, lee mucho.
Segundo, escribe sobre el tema que más domines y el que te gusta, y hazlo con la calidad necesaria para que tú seas el primer lector que lo disfrute. Busca darle a los demás lo que quieres recibir (regla de oro que aplica también a la escritura).
Tercero, como la calidad no se improvisa, es vital corregir las veces que sea necesario. Por favor, no te canses de leer, revisar y analizar lo que escribes. Ojo, que si te aburre leer lo que has redactado es porque debes revisarlo y pulirlo más veces.
Ten presente que la calidad toma tiempo, y en la escritura mucho más. La redacción, como la elaboración de joyas, exige observar y analizar muy bien los pequeños detalles. Piensa el texto como una obra de filigrana, sólo así alcanzarás a darle el toque, el matiz perfecto.
Cuarto, procura que tus escritos, como en un buen diálogo, una buena clase o un buen programa de radio:
- Diviertan. Atrapen al lector. Recuerda esos
textos que empezamos a leer y no queremos dejar. Que vivan esos escritos que
nos hacen postergar reuniones, cenas, oficios y nos llevan a no contestar el
teléfono.
- Informen. Digan algo nuevo e interesante; no hay nada más cansón que hablar por hablar, sin contenido.
- Inspiren, es decir, que dejen algo para hacer mejor la vida de los lectores. No necesariamente tienen que ser textos de consejos o máximas, pero sí llevar a que el lector extraiga de ellos algo para la vida.
Quinto, entrega tus escritos a uno o varios editores; ellos con objetividad y criterio te harán recomendaciones y críticas para mejorar la calidad. Recuerda que uno mismo no se edita; eso es tarea de otro. Ni el más genial de los escritores deja su texto finalizado.
—Édver
Augusto Delgado Verano
Editorial Libros para Pensar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario