Taller de Creación Literaria de la Editorial Libros para Pensar

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miércoles, 14 de agosto de 2024

A un olmo seco (poema de Antonio Machado)

Esta semana un poema de unos de mis favoritos: Antonio Machado.  Un homenaje al árbol que ha permanecido de pie y un canto a la esperanza.  Se dice que el poeta lo escribió poco antes de la muerte de su esposa Leonor Izquierdo, tal vez, esperando "otro milagro de la primavera".


A un olmo seco


Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo,

algunas hojas nuevas le han salido.


¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.


No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.


Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,

ardas de alguna mísera caseta,

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

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Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875-Colliure, 22 de febrero de 1939) fue un poeta español, el más joven representante de la generación del 98. Su obra inicial, de corte modernista (como la de su hermano Manuel), evolucionó hacia un intimismo simbolista con rasgos románticos, que maduró en una poesía de compromiso humano, de una parte, y de contemplación de la existencia, por otra; una síntesis que en la voz de Machado se hace eco de la sabiduría popular más ancestral. Murió en el exilio durante la guerra civil española.

miércoles, 24 de julio de 2024

Roberto Bolaño y sus consejos para escribir cuentos

 Cuando leí este texto en la red, creí que se trataba de una broma.  ¿Y por qué no?

Trascribo el texto completo, con su respectiva introducción.  


Todo lo que escribía Roberto Bolaño estaba bien escrito; además lo hacía de una manera muy original. Logró crear su propio estilo y es por eso, quizá, que me gusta tanto. Muchos escritores son de la opinión de que para escribir bien es más importante aprender a leer bien. Bolaño compraba libros compulsivamente pero casi nunca los leía. Le gustaba tenerlos apilados en su biblioteca para hojearlos una vez cada tanto. Fue un autodidacta, y creo que eso hace que sus consejos valgan más que si hubiera ido a la universidad. Estos consejos fueron publicados en su libro póstumo Entre paréntesis:

12 consejos sobre el arte de escribir cuentos
Roberto Bolaño

1. No escribas nunca los cuentos de uno en uno. Si los escribes de uno en uno, honestamente, puedes estar escribiendo el mismo cuento hasta el día que te mueras.

2. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si tienes suficiente enegía, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.

3. Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, y además lleva en su interior el juego más bien pegajoso de los espejos amantes: una doble imagen que produce melancolía.

4. Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández, y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, Monterroso, García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.

5. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.

6. Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.

7. Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!

8. Lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.

9. La verdad de la verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.

10. Piensen en el punto número nueve. Piensen y reflexionen. Aún están a tiempo. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.

11. Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, de Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; Antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas y Mientras ellas duermen, de Javier Marías.

12. Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo XX.


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Roberto Bolaño Ávalos (1953-2003)​ fue un escritor y poeta chileno, autor de más de dos decenas de libros, entre los cuales destacan sus novelas Los detectives salvajes, ganadora del Premio Herralde en 1998 y el Premio Rómulo Gallegos en 1999, y la póstuma 2666. 

jueves, 11 de julio de 2024

La vida de un escritor. Roald Dahl

El siguiente texto lo encontré en la internet. Se le atribuye a Roald Dahl, aunque no pude confirmar su autoría a pesar de que varias páginas lo publican.  Desconozco la fuente original, pero me pareció interesante. 


La vida de un escritor

Por Roald Dahl


La vida de un escritor es un verdadero infierno comparada con la de un empleado. El escritor tiene que obligarse a trabajar. Ha de establecer sus propios horarios y si no acude a sentarse a su mesa de trabajo no hay nadie que lo amoneste. Si es autor de obras de ficción, vive en un mundo de temores. Cada nuevo día exige ideas nuevas, y jamás puede estar seguro de que se le vayan a ocurrir. Dos horas de trabajo dejan al autor de ficción absolutamente exhausto. Durante esas dos horas ha estado a leguas de distancia, ha sido otra persona, en un lugar distinto, con gente totalmente distinta, y el esfuerzo de volver al entorno habitual es muy grande. Es casi una conmoción. El escritor sale de su cuarto de trabajo como aturdido. Le apetece un trago. Lo necesita. Es un hecho que casi todos los autores de ficción beben más whisky del que les conviene para su salud. Lo hacen para darse fe, esperanza y ánimo. Es un insensato el que se empeña en ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta. No tiene quien le mande, salvo su propio espíritu, y eso, estoy seguro, es lo que le tienta.

(tomado de El blog de los lagartijos)

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Roald Dahl (Llandaff, 13 de septiembre de 1916-Oxford, 23 de noviembre de 1990) fue un novelista, cuentista, poeta y guionista británico de ascendencia noruega. Entre sus obras más populares se encuentran Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante, Matilda, El gran gigante bonachón, Agu Trot, Las brujas y Relatos de lo inesperado.

miércoles, 5 de junio de 2024

Siete consejos de escritura de Mark Twain

Estos siete consejos de Mark Twain fueron extraidos de la página "Decálogos Literarios" del escritor Emilio Restrepo. 


1. Empieza por los acontecimientos

Primero dale forma a los hechos, luego podrás distorsionarlos tanto como quieras.

2. Escribe correctamente

Emplea una gramática correcta. Usa la palabra adecuada, no su prima segunda. En cuanto a los adjetivos, si tienes alguna duda, cárgatelo. Dios solamente exhibe sus truenos y rayos a intervalos, por eso nos llaman la atención. Esos son los adjetivos de Dios. Si tú muestras demasiados rayos y truenos, el lector se cansa poco a poco.

3. Sé paciente y perseverante

No esperes tener el libro a la primera. Trabaja, edita, reescribe.

4. Olvídate de los adverbios

Escribe la palabra “jodidamente” cada vez que vayas a escribir la palabra “muy”. Tu editor lo borrará y el texto será como debería ser.

5. Pon distancia de por medio

Levántate de vez en cuando para dar una vuelta a la manzana y dejar que los sentimientos se diluyan. Hay una única cosa que no soporto y no soportaré: el falso sentimentalismo.

6. Sé conciso y directo

Usa un lenguaje simple y sencillo; palabras cortas y frases breves. Esa es la forma de escribir en la época moderna y resulta la mejor manera. Recuerda: no dejes que fluyan la pelusa, las flores y la verborrea.

7. Empieza cuando crees que has terminado

El tiempo para empezar a escribir un artículo es cuando crees haberlo terminado y estás satisfecho. En ese momento empiezas a percibir con claridad y lógica lo que realmente quieres decir.

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Mark Twain, cuyo nombre real era Samuel Langhorne Clemens, nació el 30 de noviembre de 1835 en Florida, Misuri, Estados Unidos. Fue un célebre escritor, humorista y conferenciante conocido por sus obras "Las aventuras de Tom Sawyer" y "Las aventuras de Huckleberry Finn", que se consideran clásicos de la literatura estadounidense. Twain trabajó como piloto de barco de vapor en el río Misisipi, experiencia que influyó en su escritura. A lo largo de su vida, escribió numerosas novelas, cuentos, ensayos y discursos, ganándose una reputación como uno de los grandes escritores de su tiempo. Falleció el 21 de abril de 1910 en Redding, Connecticut.


miércoles, 24 de abril de 2024

Tres anécdotas de Francisco de Quevedo

Es por todos conocida la agudeza de ingenio de Francisco de Quevedo. Hoy les dejamos tres divertidas anécdotas que lo pintan de cuerpo entero. (Tomado de Historias de la literatura)

📚

Un día un aprendiz insistió en leerle un par de sonetos que había escrito.

Tras leer el primero, Quevedo le dijo:

—El siguiente será mejor.

A lo que el aprendiz replicó:

—¿Cómo podeis saberlo, si aún no lo he leído?

Y Quevedo respondió:

—Sencillamente, amigo mío, porque es imposible que sea peor que el que acabo de escuchar.

📚📚

Un día paseaba Quevedo por las galerías del Real Alcázar, cuando un grupo de cortesanos que estaban allí le reconocieron, y, sabiendo de su habilidad para improvisar versos, uno le dijo:

—¡Quevedo, hacednos un verso!

El escritor le contestó:

—Dadme pie.

Quevedo pretendía una palabra o una idea, pero el cortesano lo interpretó literalmente y le acercó su pie.

El autor, sujetando el pie, improvisó:

—Paréceme, gran señor,

que estando en esta postura,

yo parezco el herrador

y vos la cabalgadura.

📚📚📚

Estando enfermo Quevedo durante su cautiverio en el Convento Real de San Marcos, en León, uno de los religiosos que lo cuidaban, le trajo un caldo que más que caldo era agua caliente.

El poeta empezó a decir:

—¡Bravo caldo, valiente caldo!

Ante la pregunta del religioso de porqué era valiente el caldo, Quevedo respondió:

—Porque no tiene nada de gallina.



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Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos 
(1580- 1645) fue un noble, político y escritor español del Siglo de Oro. Fue caballero de la Orden de Santiago a partir de 1618​ y señor de Torre de Juan Abad a partir de 1620. Junto con Luis de Góngora, con quien mantuvo una enemistad durante toda su vida, es reconocido como uno de los más notables poetas de la literatura española. Además de su poesía, fue un prolífico escritor de narrativa y teatro, así como de textos filosóficos y humanísticos.

jueves, 11 de abril de 2024

Decálogo literario de Sadie Smith

 Decálogo de Zadie Smith

Tomada de El Tiempo.

I

Mientras seas pequeño, asegúrate de leer muchos libros. Dedica más tiempo a la lectura que a cualquier otra actividad.


II

De adulto, intenta leer tu propio trabajo como lo leería un extraño. O mejor aún, como lo leería un enemigo.


III

No rodees de romanticismo tu «vocación». O eres capaz de escribir buenas frases, o no. No existe eso del «estilo de vida del escritor», lo único que importa es lo que dejas en la página.


IV

Evita tus debilidades. Pero hazlo sin decirte a ti mismo que las cosas que no puedes hacer no valen la pena. No disfraces tu falta de confianza en ti mismo de desprecio.


V

Deja que pase un tiempo aceptable entre el proceso de escritura y el de edición.


VI

Evita las camarillas, las pandillas y los grupos. La presencia de la manada no hará que mejores como escritor.


VII

Trabaja en un ordenador que no tenga conexión a Internet.


VIII

Protege el tiempo y el espacio que dedicas a escribir. Mantén a todo el mundo lejos de tu espacio de trabajo, incluso a aquellas personas que son más importantes para ti.


IX

No confundas premios con logros.


X

Di la verdad. A través de cualquier forma en la que se te revele, pero dila. Resígnate a la eterna tristeza que proviene de nunca quedar satisfecho.

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Zadie Adeline Smith, de nacimiento Sadie Adeline Smith, (Londres, 25 de octubre de 1975)1 es una escritora, novelista, ensayista, y escritora de relatos cortos británica.​ 

Su primera novela, Dientes blancos se convirtió inmediatamente en un best-seller y ganó varios premios. Es profesora titular de la Facultad de Escritura Creativa de la Universidad de Nueva York desde septiembre de 2010.

jueves, 7 de marzo de 2024

Entrevista a Memo Anjel.

Quizas muchos conozcan a Memo por su programa radial "La otra historia" transmitido por Radio Bolivariana.  Otros lo conocen porque ha sido su profesor, y muchos otros por sus libros. 

Tengo el gusto de conocerlo y me siento honrado por su amistad. Un amigo de los que uno se siente orgulloso de tener. 

Esta semana comparto la entrevista que hace Pao Restrepo (La monita) al escritor antioqueño de raices sefaradíes. 




miércoles, 28 de febrero de 2024

Nueva novela de Angela Ramírez: 18 fotos.

Hace algunas semanas la escritora Angela María Ramirez Gil estuvo invitada a nuestro taller de Crea-Acción literaria.  Allí nos compartió un texto publicado en su libro TOC TOC, y nos contó de su nueva obra, una novela titulada 18 FOTOS. 

18 FOTOS  es una interesante novela corta que trata de una mujer joven a la que su padre le deja de herencia una vieja cámara de fotografias. Ella descubre que tiene un rollo adentro en el cual hay 18 fotografìas sin revelar. Pero también que tiene otras 18 por tomar.


Miremos el texto de la contraportada:

No todas las herencias son mansiones, empresas o cuentas bancarias, hay algunas más humildes, incluso podemos heredar animales, deudas, responsabilidades y hasta enfermedades. A Paula su padre le heredó una cámara y un rollo fotográfico a medias. Quedan dieciocho fotos por tomar, hay 18 imágenes desconocidas. Tiene que aprovechar una promoción le quedan pocas horas para revelar el pasado o para descubrir su presente.




En la novela "18 FOTOS" de Ángela María Ramírez, nos sumergimos en una historia íntima y conmovedora ambientada en la ciudad de Medellín, Colombia, en la época actual. La trama sigue los pasos de una auxiliar de enfermería cuya vida se ve marcada por una relación distante y conflictiva con su padre, quien la abandonó junto a su madre, víctima de cáncer.

La protagonista se encuentra en posesión de una cámara fotográfica heredada de su padre, la cual guarda en su interior un rollo sin revelar que contiene dieciocho fotos sin acabar. Impulsada por una promoción, decide aventurarse a capturar esas imágenes faltantes y revelar el rollo; desencadenando así un viaje emocional que abarca solo un día, pero que nos permite adentrarnos en su pasado a través de flashbacks reveladores.

La historia se desenvuelve principalmente en el pintoresco barrio de Buenos Aires, ubicado junto a la estación del tranvía, donde la protagonista reside y trabaja en un centro médico. A medida que avanza en su misión de completar las 18 fotos, se ve obligada a confrontar sus propios demonios internos y a enfrentarse a los recuerdos dolorosos que ha estado evitando.

"18 FOTOS" es una novela que destaca por su narrativa sencilla pero profunda, sin adornos innecesarios. Ángela María Ramírez logra transmitir con maestría la complejidad de las relaciones familiares, el proceso de sanación emocional y la búsqueda de identidad personal a través de una trama cautivadora y honesta.

Este es el séptimo libro que sale bajo el “sello de AMR. escritoras

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Título de la obra: 18 FOTOS
Autor: Ángela María Ramírez
Género: Novela corta
Páginas: 132
Año de publicación: 2024

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AMR Escritoras es un proyecto de escritura que une dos generaciones, la madre, Angela María Ramírez, y la hija, Abril Mejía Ramírez, en la pasión por la narrativa. Angela se adentra en novelas y cuentos, explorando las peculiaridades de la vida cotidiana y las excentricidades que definen a los personajes, presentándolos como comunes pero únicos, camuflados en la multitud. Su última novela, "La Corredora", desafía la realidad al seguir la vida de una joven artista que afirma volar por las noches y salvar vidas en la Antípoda, abordando sinestesias, rarezas y las luchas internas mientras navega por el complejo laberinto de la depresión y la transición a la adultez. Además, "Toc, Toc, ¿Quién Soy?" es un libro de cuentos que explora las particularidades psiquiátricas de sus personajes, desde marcadas hasta sutiles, incluso adentrándose en lo macabro.


Por otro lado, Abril, ha publicado dos libros y ha sido ganadora de varios concursos de cuento. Su creatividad se materializa en su novela juvenil "Los 10 Elementos", en proceso de edición.

AMR Escritoras tiene como objetivo proporcionar una plataforma para la publicación y difusión de aquellos que deseen explorar temáticas distintas y fuera de lo convencional, fomentando la diversidad y la originalidad en la narrativa. Juntos, buscan crecer y consolidarse como una oportunidad diferente en el mundo literario.

En los últimos años han salido siete los libros bajo el nombre de AMR escritoras, “nos estamos preparando para mejorar nuestros textos y apoyar a otras que se inician en el camino de las letras y que, por muchas circunstancias, entre ellas las económicas, están publicando sin ningún tipo de edición. Esperamos transmitir nuestros conocimientos y lograr que tanto nuestros libros como los de ellas se conviertan en un producto de calidad literaria y visual digno de ser distribuido y leído en cualquier parte”.


AMR OBRAS

Ángela María Ramírez
  • Isolda/ Novela juvenil
  • Hojas amarillas/ Libro de poesía
  • La corredora/ Novela Juvenil
  • Toc, toc. ¿quién soy? / Libro de cuentos
  • La Campanella/ cuento/ Veinte y una narradoras, palabras rodantes
  • Escalas del sexto/ cuento Líneas cruzadas editorial Hilo de plata
Abril Mejía Ramírez
  • Casiopea, la bruja de las letras. /ganadora del 1er puesto Pedrito Botero
  • Francia rosa/ ganador concurso nacional de cuento Ministerio de educación
  • Los duendes/ ganador del Concurso Nacional bibliotecas EPM
  • Alitas de cobre / Cuento
  • Papá Noel tiene diabetes/ Cuento

Redes:

Instagram: AMR.escritoras
AMR.escritoras@gmail.com

WhatsApp 3122377247

miércoles, 21 de febrero de 2024

Lanzamiento del libro ESO ES PURO CUENTO Vol 4

El pasado 15 de febrero se hizo el lanzamiento del libro Eso es puro cuento, volumen 4,  editado por Libros para Pensar. 



El evento tuvo una asistencia de mas de 90 personas, que acompañaron a los 20 autores. 

La presentacion estuvo a cargo de Juan Andres Alzate (autor y editor), el maestro Javier Echeverri (quien hizo el prologo) y Carlos Alberto Velasquez, autor y coordinador de los talleres de Crea-Accion literaria de la editorial. 

El inicio estuvo amenizado por Jesus xxx quien nos deleitó con dos canciones (Vive, y A mis amigos)

Durante el evento se plantearon ciertas preguntas: 

¿Vale la pena contar historias?

¿Que valor tiene una antología? 

¿Será el libro reemplazado por otro formato algún día?

¿Qué pasa con la tradición de narración oral en los tiempos modernos?


A continuación les compartimos la grabación del evento. 



 Agradecemos también al parque biblioteca de Belén por habernos cedido este espacio. 









miércoles, 31 de enero de 2024

Lección de anatomía (cuento de Carlos Alberto Velásquez Córdoba)

Este cuento lo escribí hace mucho tiempo (por alla en 1987) y fue publicado por primera vez en mi libro La Monja Sin Cabeza y otros cuentos. 

Hace poco la Editorial Libros Para Pensar me ofreció participar en una excelente antología y quise compartir este cuento que sé que será del agrado de muchos.

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LECCIÓN DE ANATOMÍA


Carlos Alberto Velásquez Córdoba


Esa noche la tranquilidad usual se veía perturbada por unos gritos que salían un pequeño cubículo.

—¡Auxilio!, ¡me tienen secuestrado...! ¡Auxilio, me tienen secuestrado...!

Los alaridos del doctor Lema llenaban todos los recintos de la unidad de cuidados intensivos.

A sus setenta y cinco años, el doctor Lema era toda una leyenda: médico, cirujano vascular, había sido el pionero de muchas cirugías en el país. Profesor de profesores en reconocidas universidades. Cuando dejó de ejercer, continuó dictando conferencias y asesorando a los nuevos especialistas. Era conocido por todos los médicos y enfermeras de la ciudad y su nombre había llegado hasta países lejanos.

Hacía tan solo una semana que en un examen rutinario se le encontraron unas coronarias afectadas y una lesión de una válvula cardiaca por lo que, obedeciendo a las recomendaciones de los más prestigiosos cardiólogos y cirujanos (muchos de ellos exalumnos suyos), se sometió a una cirugía cardiaca.

El procedimiento consistía en extraer de su pierna unos fragmentos de una vena: la vena safena interna, y, luego de abrir completamente el tórax, colocarla a manera de puente en su corazón de forma que la sangre pudiera pasar hasta el músculo cardiaco obviando la obstrucción de las arterias coronarias que estaban taponadas. Además, debía extraerse una de las válvulas cardiacas y ser cambiada por una prótesis artificial que hacía las veces de ésta.

El paciente había sido llevado a la sala de cirugía conversando animadamente con el anestesiólogo y el cirujano cardiovascular encargado del procedimiento y riendo con las enfermeras, mientras contaba sus anécdotas de cuando era estudiante. El procedimiento quirúrgico fue un éxito. Ahora en su posoperatorio, reposaba en la unidad de cuidados intensivos.

—¡Auxilio, me tienen secuestrado…! ¡Por favor, que alguien me ayude...! ¡Me tienen secuestrado...!

El doctor Saldarriaga, médico encargado del turno nocturno en la unidad, se acercó por enésima vez al paciente.

—Cálmese, doctor Lema. Usted no está secuestrado. Se encuentra en la unidad de cuidados intensivos. Le hicimos una cirugía de corazón. Tranquilícese, por favor.

El procedimiento de revascularización miocárdica (también llamado bypass coronario) era realizado de forma rutinaria en la institución. El cambio de la válvula aórtica también era un procedimiento bastante frecuente. El doctor Saldarriaga sabía que algunos pacientes, luego de la cirugía, ingresaban a la unidad de cuidados intensivos en un estado de desorientación y agitación que dificultaba su manejo posterior. Como había aprendido el médico, en los cuatro años que llevaba haciendo turnos en la unidad, los pacientes que eran sometidos a dicha cirugía tenían que ser conectados a una máquina de circulación extracorpórea. La sangre del paciente era extraída hacia dicha máquina que se encargaba de oxigenar y bombear la sangre a todo el cuerpo mientras el corazón estaba siendo abierto y manipulado por los cirujanos. La perfusionista manipulaba algunos parámetros con el fin de tener control casi absoluto de los valores sanguíneos. En estas cirugías era necesario bajar la temperatura corporal y requerían de un anestesiólogo altamente capacitado para mantener vivo al paciente mientras su corazón era parado por completo. Por más que se tuviera cuidado con la oxigenación de la sangre, el pH, el bicarbonato, el sodio, el potasio, el ácido láctico, etc., a veces pequeñas alteraciones casi imperceptibles, hacían que un paciente saliera confuso y desorientado luego del procedimiento. A mediados de los años noventa, cuando ocurrió esta historia, la desorientación de un paciente durante el postquirúrgico era un evento relativamente frecuente.

—¡Que alguien me ayude...! ¡Libérenme...! ¡Por Dios, que alguien me ayude...!

Algunas enfermeras comentaban entre ellas:

—Pobrecito. ¿Qué estará pasando por su cabeza?

—Sí, mija, esa traba debe ser muy horrible.

—¿Se imaginan uno creyendo que está secuestrado y no poder ni moverse?

Efectivamente, al principio parecía que el doctor Lema estaba teniendo una pesadilla. Luego de despertar de la anestesia comenzó a decir palabras incoherentes. Poco a poco empezó a tratar de levantarse con el ánimo de irse a su casa.

—Oiga, ¿dónde está mi ropa? Tengo que ir para la casa.

—No, doctor, usted no se puede ir —respondía Liliana, la enfermera que lo cuidaba—. A usted le acaban de hacer una cirugía de corazón y debe guardar reposo.

—Qué reposo, ni que hijuep… ¿dónde está mi ropa?

—No, doctor… la ropa la tiene su familia… usted está en cuidados intensivos y tiene puesta una bata… ¡Quédese quieto que se va a lastimar! Vea que se le va a salir la sonda.

El paciente en medio de su delirio intentó levantarse y forcejeó con la enfermera que trataba de ayudarlo. No reconocía el sitio donde tantas veces había atendido pacientes. En su cabeza sólo tenía un propósito: irse a su casa.

Finalmente, Liliana, con la ayuda de otras cuatro auxiliares de enfermería lograron acostarlo y tuvieron que amarrar sus manos y pies a las barandas de la cama dado el peligro de que en cualquier movimiento se arrancara la sonda de la uretra, o lo que era peor, alguna de las sondas colocadas en el tórax. El último paciente que se había arrancado una sonda mediastinal había tenido que ser llevado nuevamente a cirugía urgente, y pudo haber muerto por un taponamiento cardiaco de no ser por la reintervención. Ninguna enfermera quería eso para el paciente.

El doctor Saldarriaga ya había ordenado aplicar un sedante, pero la acción de dicho medicamento podía tardar unos minutos.

—Gracias a Dios está el doctor Saldarriaga de turno —decía una de ellas.

—Sí, él tiene mucha paciencia con esos que se ponen loquitos.

—Y como es de buen médico…

—Y muy acertado…

—Y muy responsable…

Las enfermeras comentaban entre sí las bondades de que el turno fuera con el doctor Saldarriaga, mientras sus tímpanos eran acribillados por los gritos de angustia del doctor Lema.

—¡Auxilio!, ¡me tienen secuestrado!...

Haciendo gala de toda su paciencia, el médico de planta trataba de hacer entrar en razón al pobre paciente que era presa de las peores alucinaciones, mientras actuaba el sedante administrado.

—Tranquilícese, doctor, usted fue operado del corazón y está en la unidad de cuidados intensivos.

—Ve, ¿y quién sos vos?

Por un momento, el médico creyó ver en su paciente un destello de lucidez.

—Soy el doctor Saldarriaga. Yo estoy a cargo de usted, esta noche, y lo voy a cuidar.

—Entonces, ¿vos sos médico?

—Sí, señor.

—¡Ahh!, entonces, si vos sos médico me podés soltar.

—No, doctor. Está amarrado para que no se quite las sondas. Cuando esté más calmado lo desatamos.

—¡Ahh!, pero entonces, si vos sos médico, me podés responder una cosa...

—Sí, doctor, dígame.

—¿Cómo se llama la principal arteria que sale del corazón?

Esa pregunta la sabría contestar un estudiante de bachillerato, pero para el doctor Saldarriaga fue un alivio escuchar la pregunta. Podría demostrarle al paciente que no estaba secuestrado y que estaba en manos de personal médico capacitado.

—Muy fácil, doctor, la aorta.

—Ve… ¿y cómo se llama la primera parte de la aorta?

—Sencillo, la aorta ascendente.

—¿Y qué nombre tiene cuando hace la curva?

—Muy fácil, el cayado de la aorta.

—Perfecto. ¿Y cuándo baja?

—Pues se llama aorta descendente. En el tórax se llama aorta torácica y en el abdomen se llama aorta abdominal. ¿Ya está más tranquilo?

—Sigamos… ¿cómo se llaman las arterias en que se divide la aorta?

—Pues se llaman ilíacas comunes, derecha e izquierda —en este punto, el doctor Saldarriaga recordó que los profesores más antiguos enseñaban que la aorta se dividía en ilíacas primitivas. Los más modernos les decían ilíacas comunes— arterias ilíacas primitivas.

—Y esas ilíacas… ¿en qué se dividen antes de llegar a la ingle?

—Se dividen en ilíacas internas e ilíacas externas.

El doctor Lema no daba su brazo a torcer.

—A ver, entonces si vos sos médico tenés que saber cómo se llama la arteria iliaca externa cuando atraviesa el ligamento inguinal.

—Claro, doctor Lema, se llama arteria femoral.

—¿Y luego?

El profesional pisaba un terreno muy liso. Si equivocaba alguna respuesta podría perder completamente la confianza de su paciente. Hasta ahora, todo había marchado bien.

—La arteria femoral da una rama profunda que irriga el muslo y se llama la arteria femoral profunda. La arteria femoral superficial continúa hacia abajo y se mete por el canal de Hunter para dar las ramas poplíteas.

—Vas bien —respondió el Dr. Lema con una sonrisa—, ¿y luego, qué arterias llegan a la pierna?

El doctor Saldarriaga sonreía olfateando la victoria. Ya tenía ganada la confianza del paciente.

—Las principales arterias que llegan a la pierna son la arteria tibial anterior y la tibial posterior. ¡Ah!, y también está la arteria peronea.

—¡Muy bien, muy bien! —si no fuera por las amarras el doctor Lema hubiera aplaudido de júbilo— ahora decime una cosa, ¿cómo se llama la arteria que pulsa sobre el dorso del pie?

—Esa pregunta está fácil doctor. Es la arteria pedia.

El doctor Lema sonrió completamente, y al doctor Saldarriaga le pareció que el paciente hacia un amago de darle un abrazo. No lo hizo porque aún estaba con las muñecas atadas a las barandas de la camilla. A pesar de que el doctor Saldarriaga siempre había sido una persona modesta, esta vez sacaba pecho delante del grupo de enfermeras que se habían aglomerado a la entrada del cubículo 7 de cuidados intensivos, escuchando la lección de anatomía. Ellas también estaban orgullosas de la calidad de médico que hacía turno con ellas esa noche.

Sin más dilaciones el paciente le hizo señas con la cabeza al doctor Saldarriaga para que se agachara. Al parecer le quería decir algo al oído. Cuando el médico se inclinó sobre la cama para escuchar lo que el paciente quería decirle alcanzo a oír:

—¡Oís, hijueputa! A vos si te tocó estudiar mucho para poder tenerme secuestrado.

Y nuevamente mirando a las enfermeras que estaban a la entrada de su habitación comenzó a gritar:

—¡Auxilio…!, ¡me tienen secuestrado…! ¡Qué alguien me ayude…! ¡me tienen secuestrado…!

Fin

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Aprovecho para invitarlos al lanzamiento del libro el próximo 15 de febrero de 2024 en la sala mi barrio del Parque biblioteca de Belén. 




miércoles, 17 de enero de 2024

Entrevista a Reinaldo Spitaletta

Muchos de los que llega a este blog buscan consejos y recomendaciones para ser escritores. 

A continuación compartimos una amena entrevista hecha por Pao Restrepo "La monita" al escritor y periodista Reinaldo Spitaletta.  Espero la disfruten. 



miércoles, 6 de septiembre de 2023

Escribir poesia: Piedad Bonet

Esta semana traigo un ensayo de Piedad Bonnett sobre la poesía. 



ESCRIBIR POESÍA

Hoy creo poder concluir que escogí la escritura, inconscientemente, como una forma de automedicación. Ante la dificultad, la impotencia o la experiencia del sinsentido, unos se embeben en el trabajo, otros se dejan arrastrar por la superficie de las aguas, y otros más rezan y se encomiendan a la divinidad, o simplemente huyen… Yo escribo. Leo y escribo.

En principio, esta doble actividad tiene mucho que ver con la búsqueda del placer. Leer y escribir son para mí formas de la felicidad. Pero, a largo plazo -y como los efectos terapéuticos de la escritura, aunque no buscados, son evidentes- son también la forma en que tramito mis desavenencias con el mundo y conmigo misma, que mitigo los naturales dolores de estar viva y que sano un cuerpo que necesita de la palabra escrita. Y por eso, tal vez, es que me rindo a la escritura cada vez que me llama: porque nace en mí de eso que la filosofía llama “necesidad”: lo que no puede no ser.

Pero la escritura es también, en segunda instancia, la forma en que interrogo la realidad o la interpreto, y en la que manifiesto mi asombro frente al misterio y la belleza del mundo. De modo que en la raíz del proceso creador reconozco un impulso que une la necesidad, la emoción y la razón. Y es de ese juego de factores, variable, que no busca equilibrios, que, a mi modo de ver, nace la literatura.

He dicho en otras partes que la escritura no puede desligarse del tiempo: del subjetivo, que fluye en el yo que escribe, y del histórico, el que nos condiciona a un aquí y un ahora frente al cual no hay apelación posible. Entre esos dos tiempos, además, es imposible fijar un límite; más bien habría que decir que el primero vive, aunque siempre de manera particular, dentro del segundo. Es por eso que no puede hablarse de una poética definitiva, sino de una que va mutando de acuerdo a nuestra experiencia vital y a nuestra interrelación con el momento que vivimos. Es imposible, pienso, que la poética del escritor de veinte años sea idéntica a la de él mismo en la madurez o en la vejez: porque ese hombre ha ido siendo labrado por el tiempo, que en su caso está habitado, entre otras cosas, por múltiples lecturas y por una búsqueda perpetua, la de su propia escritura. Incluso diría, arriesgándome, que toda poética se enuncia en el filo que une el presente y el futuro, pues cada vez que surge un proyecto en la mente del escritor trae aparejada la intención de renovar las formas ya experimentadas, pues escribir implica siempre aventura y riesgo.



Se puede, pues, enunciar una poética a posteriori, casi que como balance de lo ya hecho, o desde un presente de la escritura en marcha, que es apenas intento, ensayo, propuesta. Yo trataré de hablar desde el presente, pero recogiendo todo lo que del pasado pervive en mi poética de hoy, y trataré de que esta quepa –más como límite que yo misma me impongo– dentro de los límites de un decálogo.

1. Creo en la poesía que comunica. Pero no significa esto que su lenguaje deba ser directo, ni claro, ni necesariamente portador de ideas. Ni que un sentido diáfano se imponga después de la lectura del poema. Ni que el poeta condescienda con el lector, y sólo le ofrezca lo sencillo. Pero sí que este sienta que el poema lo acoge, aunque sea de forma oscura. No me interesan ni los hermetismos deliberados, ni, en sentido contrario, lo que nada sugiere, lo que no tiene pliegues. No es por la vía de la razón sino de la intuición del lenguaje como entramos al poema, y una emoción que nos exalta debería quedar en nosotros después de leerlo y un margen de oscuridad que en vez de alejarnos sea una invitación a volver a él.

2. Creo en la música como un valor supremo de la poesía, pero, como propone Elliot, en una música que provenga del habla. Y en que los ritmos nacen de las necesidades del poema, le dan su forma, y traducen una música interior y única.

3. Creo que la imagen es consustancial a la poesía, pero que debe ser humilde como quería Borges. Detesto todo lo que en ella suene a pirotecnia o a mero exhibicionismo. Le temo a los excesos verbales y mi poesía se ha sentido siempre muy lejos del barroco, aunque muchos barrocos me sigan seduciendo. Y aun amando la imagen, creo que hay gran poesía que prescinde de ella.

4. Creo que todas las palabras de una lengua pueden estar en un poema, y que no hay unas que sean más poéticas que otras. Aun así, la conciencia que el escritor tiene de su lengua y de su tradición literaria, lo llevan a saber cuáles han sido manoseadas o ya no tienen alientos. Antes que relegarlas, creo que el poeta debe insuflarles una segunda vida.

5. Creo que la poesía debe ser libre, que nada puede constreñirla. La poesía, no acepta servidumbres ni amos: no reverencia ni la moda, ni la crítica, ni se deja dominar por las ideologías. El poeta escribe desde sus más profundas necesidades, y trabaja haciendo que la lengua se rebele contra todo lo que la oprime.

6. Creo que toda poesía se debe a su tiempo y por tanto no puede permitirse el anacronismo. Tácitamente dialoga con toda la poesía de su momento, y expresamente jalona la lengua para llevarla a lugares no explorados.

7. Creo que toda poesía nace del conocimiento de una tradición, pero que su deber es renovarla. Me interesa trabajar en ese límite, y que en el poema haya huella de otros —puesto que la originalidad total no existe— pero también un sesgo que la haga única.

8. Creo en la honestidad como un valor del poeta. En que nada en el poema sea impostado ni complaciente.

9. Creo en que toda poesía que esté a la altura de su tiempo es necesariamente política.

10. Creo que nada de lo dicho anteriormente es verdad absoluta. Que es mi credo hoy, pero que nada es para siempre.

Piedad Bonnett.
Ensayo del libro Poética de los poetas ( 2014).

miércoles, 30 de agosto de 2023

El oficio poético: Pedro Arturo Estrada

Del libro El taller de poesía, (recopilación del profesor Luis Fernando Macías), traigo una magnífica reflexión del poeta Pedro Arturo Estrada, quien nos explica que la poesía no es sobrecargar de adjetivos y de palabras suntuosas una oración sino descubrir lo que hay en el fondo de las cosas. 



El oficio poético
 
Por Pedro Arturo Estrada Z. 


A través de los años, y sin la intención de dogmatizar en torno a la escritura de poesía, he ido reuniendo algunas observaciones que me gustaría compartir y que considero útiles aunque sujetas al criterio de cada quien:


1. Todo lo que aparezca en un poema tiene que ser absolutamente necesario y preciso, de lo contrario, no será más que charlatanería, relleno lírico.

2. La mala poesía es aquella que repite los tópicos más predecibles y desgastados de supuesta belleza en la forma y el contenido, incluso cumpliendo cabalmente con todas las normas de la preceptiva o también ignorándolas sin razón.

3. En poesía vale muchísimo decir siempre más con menos. Dejar al lector espacio para su propia intuición e interpretación. No hay que darle todo explicado, no hay que contárselo todo exhaustivamente. Y tampoco pensar por él, ni adelantar juicios de valor en medio del poema. Sólo hay que expresar y poner las cosas al desnudo ante sus ojos. Nada más. Pocas palabras oportuna y perfectamente dispuestas abren la mente y el corazón; la verborrea cierra oídos y cerebros.

4. No confundamos, sin embargo, contención con escasez, sencillez con simpleza, sobriedad con incapacidad expresiva.

5. La restricción, lo que elegimos frente a lo que desechamos es, finalmente, lo que hace posible una escritura. Todo texto poético es por ello sólo la intensificación delimitada de algo más grande que el poeta apenas puede entrever, incluso a escala micro.

6. El conocimiento racional sólo sirve como fondo, como sustento o marco a la creación poética. Pero no es lo esencial.

7. En poesía no es suficiente, vale insistir, con que un texto esté correctamente escrito. Hay que hallar ese efecto sutil que se produce de golpe, que logra despertar en nosotros imágenes y emociones profundas en un instante de alta sensibilidad interior hasta alcanzar lo que llamamos una "epifanía", la revelación íntima que abre en la mente y el corazón nuevas posibilidades de entendimiento, de gozo, y sobre todo, de experiencia de totalidad.

8. Hay que permitirse, más allá de la buena factura, la buena hechura y la sólida construcción formal, ese entrecruzamiento inesperado, súbito, de los diversos sentidos que subyacen bajo la primera intención, la primera idea poética como tal. Permitir la irrupción repentina del azar, la fuerza aleatoria de los elementos puros del texto que por sí mismos comenzarán a mostrar una segunda naturaleza, un nuevo y más interesante trasfondo de realidades desconocidas, lo cual finalmente concederá al poema mayor poder de sugerencia, trascendencia simbólica, plurisignificación. La poesía es producto de una combinatoria alquímica que abandona el discurso lineal de la lógica.

9. Como en la pintura, como en toda obra de arte en general, un buen poema es algo existente y vivo en sí mismo. Y vale más por lo que es como presencia inédita de lo real hecho palabra e imagen, que por lo que le ponemos a decir como si fuera un mensajero, un pequeño instrumento de transmisión verbal al servicio de emociones epidérmicas o ideas interesadas.

10. Hay que darse cuenta, y recordarlo siempre, de que la poesía (poiesis) es una constante necesidad de expresión y "desocultamiento del ser", al decir de Heidegger, una búsqueda de lo invisible, de la verdad que yace enterrada bajo la visión rutinaria de la realidad.


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Pedro Arturo Estrada Z. Girardota (Antioquia) 1956. Poeta, narrador y ensayista. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia, 1994); Fatum (Colección Autores Antioqueños, 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006). Próximos a editarse: Poemas de Otra/parte y Des/ historias. Sus textos han sido incluidos en diferentes antologías nacionales y del exterior. Ganó el premio nacional “Ciro Mendía” en el año 2004, y “Sueños de Luciano Pulgar” en 2007. Invitado en 1995 y 2005 al Festival Internacional de Poesía de Medellín y diversos encuentros poéticos del país. Se ha desempeñado como coordinador de talleres literarios con jóvenes y niños de Medellín en los últimos años. Fue miembro de la Casa de poesía Porfirio Barba Jacob de Envigado hasta 2005 y ha sido jurado de premios como el José Manuel Arango, Porfirio Barba Jacob, Ciro Mendía y Universidad de Antioquia. 



miércoles, 23 de agosto de 2023

Charla sobre creatividad.

Hace unos días la Editorial Libros para pensar me invitó a dar una charla sobre creatividad con motivo de la publicación de la segunda edición de dos de mis libros: Amelia y otros cuentos y Fuga de ideas.  

La charla no solo estuvo enfocada a la literatura sino a la creatividad. 

La creatividad está inmersa en todas las actividades humanas. Hay creatividad en la música, en la literatura, en la arquitectura, en la danza, el teatro o la pintura.  Pero también hay creatividad en el que busca la forma de promocionar un producto o hacer crecer su negocio. Hay creatividad en los avances de la medicina, en el campesino que orienta sus eras para aprovechar mejor el agua o que recicla sus desechos para hacer abono. Hay creatividad en la persona que cada día piensa en qué les preparará de cena a su familia. 


En ella se hablará de lo que es creatividad, de cuáles son sus fuentes, de la forma como funciona el pensamiento creativo y de cómo fortalecerlo. Veremos algunos ejemplos muy interesantes al respecto. 


Espero les guste


miércoles, 9 de agosto de 2023

Luis Fernando Macías en La Voz del tintero.

Esta semana compartimos una entrevista hecha al escritor Luis Fernando Macías en el programa La Voz del tintero. Esperamos les guste. 



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Luis Fernando Macías Zuluaga (Medellín, 1957) es narrador, poeta, ensayista, editor y autor de obras para niños, licenciado en Educación, Español y Literatura, especialista en Literatura Latinoamericana y magíster en Estética y Filosofía del Arte. Ha sido director de la «Revista Universidad de Antioquia», institución donde ejerce como profesor, y codirector de las revistas «Poesía» y «Esteros». Entre sus libros se destacan las novelas «Amada está lavando», «Ganzúa», «Eugenia en la sombra», «Las muertes de Jung», «Morir juntos»; las obras de poesía «La línea del tiempo», «El jardín del origen», «El libro de las paradojas», «Memoria del pez» (compilación 1977-2017), «Todas las palabras reunidas consiguen el silencio» (antología bilingüe); y los ensayos y compilaciones «Diario de lectura I: Manuel Mejía Vallejo», «Diario de lectura II: el pensamiento estético en las obras de Fernando González», «Diario de lectura III: León de Greiff, quintaesencia de la poesía», «Diario de lectura IV: Libro de los viajes o de las presencias», «El juego como método para la enseñanza de la literatura a niños y jóvenes»; «Glosario de referencias léxicas y culturales en la obra de León de Greiff», «El taller de creación literaria, métodos, ejercicios y lecturas» y «La expresión poética».

miércoles, 2 de agosto de 2023

Presentación del libro: El taller del poeta

 El 01 de agosto de 2021, en la Casa Museo Otraparte, se hizo la presentación de libro "El taller del poeta" del escritor colombiano Luis Fernando Macías.

A continuación, dejo algunos apartes del libro y el video con la conversación entre el compilador Luis Fernando Macías Zuluaga y Pedro Arturo Estrada.






El taller del poeta

Por Luis Fernando Macías

Si quisiéramos hacer una diferenciación entre poesía y poema, sería preciso entender que la poesía es el género y el poema la especie. La poesía se halla en todos los aspectos de la existencia que constituyen el mundo de la vida, en el que para expresar la totalidad que es, se presenta en tres planos: material, mental y espiritual. Allí la poesía es un destello de luz que aparece como manifestación de la belleza o como revelación de lo verdadero. El poema, en cambio, es un cúmulo de palabras, en prosa o en verso, en el que se hace patente la poesía como evocación, para que, en su lectura, nos llegue esa iluminación en la forma de un sentimiento, una sensación, una emoción, una dulce eufonía musical, una revelación del misterio o la suma de esos efectos o parte de ellos. Para decirlo en una forma sencilla, podríamos agregar que, en el poema, el poeta manifiesta el latido del mundo.

El poema como obra nace en el taller del poeta, que es su vida misma y su lugar de trabajo: un cuaderno para escribir a mano o un computador para digitalizar las palabras que lo van constituyendo; pero no es solo eso, en la composición de un poema podemos distinguir tres momentos esenciales: el primero es un largo periodo cuya duración nunca se sabe, porque puede abarcar la historia del mundo o del individuo que lo crea; a este periodo lo podemos llamar gestación. El segundo puede durar un solo instante, es como un rayo o un destello de luz, y podemos llamarlo concepción; es el momento en que algo detona la asociación de todo aquello que venía gestándose en el inconsciente del poeta y se produce la emanación, el flujo de imágenes o ideas que, al encontrar su expresión en palabras, habrán de constituir el poema. El tercero, por supuesto, es la ejecución, la escritura misma de los versos y su corrección.

Con esto estamos diciendo que el taller del poeta reúne todos los procesos y actividades que constituyen su vida. Jaime Jaramillo Escobar decía que nos corresponde a nosotros formar al poeta que somos, ya que los poemas se hacen solos, son la realización, la obra del poeta.

En ese orden, cabe consultar lo que los poetas han reflexionado y dicho sobre la escritura de la poesía. Encontrar reunidas las enseñanzas de los poetas, al menos las primordiales, es un anhelo de todo aprendiz. Traigo aquí las que he podido reunir a lo largo de muchos años, en los distintos talleres de poesía a los que he asistido.





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Aunque este es un libro independiente y se puede estudiar por sí mismo, sin más, pues para esto fue concebido, constituye la segunda parte de otro —que lo abarca— titulado La expresión poética. Lo hemos separado de aquel, debido al inmenso volumen que ocupaban juntos. Ambos son libros de estudio y relectura; por eso quedan bien cada uno en su nivel, La expresión poética en el plano teórico-práctico y El taller de poesía en el lugar de la formación que significan los consejos de los grandes poetas y los análisis de pensadores y filósofos.


Hemos reunido aquí cartas, artículos, ensayos y consejos para la escritura de la poesía y todo esto lo hemos complementado con una antología universal de poemas sobre la creación o artes poéticas de todos los tiempos. Nuestra intención ha sido proporcionarle al poeta en formación los documentos apropiados para que realice el proceso por sí mismo y para que, al hacerlo, se nutra con el conocimiento y la experiencia de los más grandes poetas de la historia; pero también es un libro de rica lectura y diversión para quien no tenga la intención de ser poeta.

Si alguien lee con detenimiento, relee y estudia los textos y los poemas, podrá llegar a concebir una noción de la poesía plena y autónoma, sustentada en las más profundas y verdaderas razones del «ser poeta»; pero si alguien solo lee este libro de principio a fin, como se lee una novela o un libro de cuentos, solo sentirá el goce y la agradable satisfacción de haber nutrido su alma con el asomo a la expresión de la belleza sublime.

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Luis Fernando Macías Zuluaga 
(Medellín, 1957) es narrador, poeta, ensayista, editor y autor de obras para niños, licenciado en Educación, Español y Literatura, especialista en Literatura Latinoamericana y magíster en Estética y Filosofía del Arte. Ha sido director de la «Revista Universidad de Antioquia», institución donde ejerce como profesor, y codirector de las revistas «Poesía» y «Esteros». Entre sus libros se destacan las novelas «Amada está lavando», «Ganzúa», «Eugenia en la sombra», «Las muertes de Jung», «Morir juntos»; las obras de poesía «La línea del tiempo», «El jardín del origen», «El libro de las paradojas», «Memoria del pez» (compilación 1977-2017), «Todas las palabras reunidas consiguen el silencio» (antología bilingüe); y los ensayos y compilaciones «Diario de lectura I: Manuel Mejía Vallejo», «Diario de lectura II: el pensamiento estético en las obras de Fernando González», «Diario de lectura III: León de Greiff, quintaesencia de la poesía», «Diario de lectura IV: Libro de los viajes o de las presencias», «El juego como método para la enseñanza de la literatura a niños y jóvenes»; «Glosario de referencias léxicas y culturales en la obra de León de Greiff», «El taller de creación literaria, métodos, ejercicios y lecturas» y «La expresión poética».