miércoles, 15 de febrero de 2023

Al escribir. Edver Delgado

 AL ESCRIBIR

  

“Lo que sale de nuestro cerebro

es producto de lo que hemos metido en él”

  

La escritura, sea literaria o técnica, requiere de tiempo, rigor, disciplina, orden, precisión y seriedad. Ante ella, vale adaptar la frase de la abuela "piense antes de hablar", por la máxima "lea mucho, piense y planifique antes de redactar".



"Escribir correctamente es una disciplina que requiere conocimientos previos, voluntad de trabajo, espontaneidad y, sobre todo, honradez intelectual. Estas cualidades, sabiamente unidas a la sencillez; realzan el pensamiento y establecen nexos entre los seres humanos" (Ortega y Gasset).

Como nadie da de lo que no tiene, debes leer mucho antes de escribir. La experiencia nos ha enseñado que un mal lector casi siempre entrega malos textos, y un buen lector al cambiar de rol logra textos de calidad; sin duda lo que sale de nuestra boca es producto de lo que hemos ingerido por ella, o mejor… lo que sale de nuestro cerebro es producto de lo que hemos metido en él.

 Para avanzar en la importante tarea de escribir recomiendo esto:

 Primero, lee mucho.

 Segundo, escribe sobre el tema que más domines y el que te gusta, y hazlo con la calidad necesaria para que tú seas el primer lector que lo disfrute. Busca darle a los demás lo que quieres recibir (regla de oro que aplica también a la escritura).

 Tercero, como la calidad no se improvisa, es vital corregir las veces que sea necesario. Por favor, no te canses de leer, revisar y analizar lo que escribes. Ojo, que si te aburre leer lo que has redactado es porque debes revisarlo y pulirlo más veces.

 Ten presente que la calidad toma tiempo, y en la escritura mucho más. La redacción, como la elaboración de joyas, exige observar y analizar muy bien los pequeños detalles. Piensa el texto como una obra de filigrana, sólo así alcanzarás a darle el toque, el matiz perfecto.

 Cuarto, procura que tus escritos, como en un buen diálogo, una buena clase o un buen programa de radio: 

- Diviertan. Atrapen al lector. Recuerda esos textos que empezamos a leer y no queremos dejar. Que vivan esos escritos que nos hacen postergar reuniones, cenas, oficios y nos llevan a no contestar el teléfono.

- Informen. Digan algo nuevo e interesante; no hay nada más cansón que hablar por hablar, sin contenido.

 - Inspiren, es decir, que dejen algo para hacer mejor la vida de los lectores. No necesariamente tienen que ser textos de consejos o máximas, pero sí llevar a que el lector extraiga de ellos algo para la vida.

 Quinto, entrega tus escritos a uno o varios editores; ellos con objetividad y criterio te harán recomendaciones y críticas para mejorar la calidad. Recuerda que uno mismo no se edita; eso es tarea de otro. Ni el más genial de los escritores deja su texto finalizado.

 


—Édver Augusto Delgado Verano

Editorial Libros para Pensar

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